24 sept 2013

Tip 22: Intriga y Esperanza

Hablábamos del ayuno y del perdón sopesando el verdadero alcance del arrepentimiento concentrado en un solo día del año, cuando con un gesto drástico, Violeta me indicó que mirara hacia afuera.

-Esa mujer... ¿la ves?  Vive en mi edificio.  ¡Ni aunque ayune durante dos meses la van a perdonar! -introdujo-.  Una sola vez entró al local y pidió hacerse las manos.   Yo la miré fijo a los ojos y le dije bien fuerte, adelante de todas las clientas:  "No tengo tiempo ni turnos a futuro para vos".  Entonces dio media vuelta y -por suerte- no entró nunca mas...

Abrí grandes los ojos.  Mis uñas ya se habían secado y yo estaba apuradísima, pero me acomodé en el asiento.  La pregunta caía de maduro y nadie me movería de ahí antes que Violeta me contara -con lujo de detalles- que pecado había cometido esa vecina para merecer un desplante tan categórico.

................................................................................
Violeta era una narradora intuitiva y sin proponérselo, me otorgó un ejemplo magnífico de buen comienzo para un cuento.

El primer párrafo de una historia, debe tener la cantidad de ingredientes necesarios para que el lector sienta CURIOSIDAD e  IMPULSO de seguir leyendo.  Cuando escribimos las primeras frases de nuestro cuento, novela o artículo, vale la pena preguntarnos si tiene la cuota de INTRIGA suficiente y si alberga la ESPERANZA de una buena historia detrás de ese suspiro inicial.

Si creemos que NO... es el momento de re-pensar nuestro comienzo y elegir con paciencia y perseverancia una frase mas prometedora,  que dispare de inmediato en el lector PREGUNTAS (¿qué pasó allí?  -  ¿por qué?)  y UNA CERTEZA  (¡quiero saberlo!)

En ese primer renglón, sugiero introducir vocablos que impacten  y remitan a cuestiones de fuerte impronta.  Como ejemplo, transcribo el comienzo de "El Amor en los Tiempos del Cólera" de Gabriel García Marquez:

"Era inevitable. El perfume de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados".

Observen las palabras que nuestro genio literario eligió:  "inevitable" - "perfume" - "almendras amargas" - "destino" - "amores contrariados".... ¡cuántas PROMESAS en un sólo renglón!   Noten la FUERZA que contiene la palabra "inevitable", presientan el cianuro de muerte escondido en las "almendras amargas", intenten adivinar que depara el destino a un "amor contrariado"...  ¿Qué pasó alli?  es la pregunta
que aflora de inmediato en la cerebro del lector... ¡quiero saber!

...............................................................................................
-¿Qué pasó, Violeta?  ¿Qué hizo?  ¿Por qué nunca vas a atender a esa anciana?

Mi manicura disfrutaba en silencio el flechazo de curiosidad que genero en mi.  Estiraba el momento de la revelación paladeando esos instantes en los que mantenía en vilo mi mente de cuento.

-Estuvo en Buchenwald... acusando a los nuestros para recibir favores de los nazis.  Era una famosa "kapo"- dijo por fin.

Me apuré a salir y caminé por la vereda mirando mis manos de jardinera de oficio, que Violeta maquillaba mágicamente una vez por semana transformándolas en la prolija extremidad de una escritora por vocación.
Y me sentí feliz de que mi manicura le escatime a una otrora "kapo" ese minúsculo espacio de intimidad y belleza en donde dos mujeres hablan de la vida y después de 30 minutos, una sale de allí con ganas de acariciar al mundo.

.................................................................................................
A ver, autores!   ¿Se animan a regalar al blog un ping-pong de atrapantes COMIENZOS, haciendo click en "comentarios"?  Sólo pido inventar un comienzo... un renglón o dos... que genere una PREGUNTA (¿por qué? -¿qué hizo? ¿qué pasó allí?!  Y una URGENCIA: ¡quiero saber!

12 sept 2013

Tip 21: Perrito o "una historia que termine bien"

Playa de Tel Aviv.  Mediodía de verano y calor agobiante en el año judío recién estrenado.  Poca gente desparramada en la arena, bajo esos parasoles públicos que dan sombra con dificultad.  Mar tibio. Hice un alto en el día laboral, nadé media hora y me estaba secando unos minutos al sol... cuando "la historia" vino hacia mi. ¡Así es la playa de Tel Aviv! Un escenario permanente...

-Mi manicuría no se queda atrás, acá también pasa de todo- reacciona Violeta, que compite conmigo en el tema "telenovela cotidiana".
-¿Qué te pasó esta vez?-

Dos clientas que esperaban su turno para depilación y belleza de pies, se habían abrochado a lo que anuncié y me miraron con expectativa.  Hay narrador, hay una historia para contar y hay publico -pensé-.  
¡Bingo!  La magia comienza...

"Un tipo alto y musculoso se acercó desde la rambla, extendió una toalla cerca del mar y desabrochó su camisa con lentitud.  Vestía un holgado jean clarito con cortes "casuals" pero no se lo quitó.

Hacía todo lo posible por llamar la atención:  silbaba, corría la toalla varias veces de lugar buscando una posición adecuada, se paraba desafiante plantando su metro noventa frente al mar y corrió varias veces hasta la orilla para mojarse los pies.  Tenía el pelo larguísimo, una barba incipiente al estilo Mike Rourke en "Nueve semanas y media" y tatuajes grabados en el pecho y la espalda.  Todo el conjunto le daba un aire de pirata moderno.  

El Adonis extrajo de su mochilita una cerveza que se veía bien helada, la abrió con los dientes, echó un trago generoso en su boca y se recostó a mirar el mar con expresión de "esto es todo lo que quiero en el mundo". Y cuando parecía que su puesta en escena finalizó ¡vino lo mejor!  El fulano metió de vuelta la mano en su mochila y extrajo esta vez algo insólito: un perro diminuto, una especie de chihuaha bebé o enano y lo instó a que le lamiera bastante impúdicamente la boca, una y otra vez. Lo que hacía nuestro protagonista, a la luz del día y de los azorados ojos de los espectadores involuntarios de su show, era darle de tomar cerveza al perrito... de su propia boca.

(Expresiones de repugnancia de Violeta y las dos clientas)

El espectáculo no pasaba desapercibido para nadie:  ese mediodía en la playa, algunos con asco, otros con deseo y todos con estupor, observaban los lenguetazos casi obscenos que esa escultura humana prodigaba a su perrito con la excusa de mitigarle la sed.  A mi izquierda, dos muchachas no sacaban la vista del buen mozón extravagante y prodigaban caricias y mimos al pequeñísimo can, cada vez que éste -medio borrachín- corría hacia ellas haciendo "eses".

El intenso intercambio zoofilico se vio interrumpido de repente, cuando un hombre que caminaba por la orilla vestido de civil, se presentó como "guardia costera" y le indicó al susodicho que en esa playa no se permitían perros.  El diálogo que mantuvieron fue mas o menos así (en hebreo suena mejor, pero lo reproduciré en castellano):

-Disculpá... en esta playa no se permiten animales.
-¿Quién lo dice?  -la pregunta transmitía mas curiosidad que preocupación.
-Hay carteles, mirá...  -el guardia señaló a su alrededor-
-Yo no molesto a nadie y "Goliat" tampoco. Está conmigo, es una pulga casi invisible... ¿te parece que está jodiendo a alguien?

El nombre "Goliat" generó empatía y dibujó una sonrisa en los labios de los presentes.  El guardia miró a las dos chicas de la izquierda y éstas indicaron con gestos que no se sentían perturbadas en absoluto.

-Es verdad, no molesta... pero mi trabajo es pedirte que te retires de esta playa si tenés un perro -insistió el guarda-.  A 400 metros hacia el norte,  hay una zona donde permiten...
-Pleeeease...  -interrrumpió el dueño de Goliat- ¿me dejás empezar el año en paz?  Estoy en mi "break" de almuerzo en el  laburo, vine a fumar un puchito a la playa, a tomar una cerveza, tengo en total media hora... no molesto a nadie.
-Por lo menos ponele una correa -se notaba que el guardia le había tomado involuntariamente simpatía.
-No traje.
-Andá a buscar una a la casilla del guardavidas.
-¿Aquella?  Está como a 200 mts...
-Lo siento, entonces tenés que retirarte ahora.
-Dejame tranquilo  (bebió otro trago de cerveza y mas lenguetazos)
-Me van a despedir, tengo que cumplir mi función.  Ponete en mi lugar...

La amabilidad no funcionó por mucho tiempo.  Dos minutos después ambos levantaban la voz, cada uno firme en su posición.  Y cuando el apacible mediodía estaba por dejar de serlo, una de las chicas de la izquierda decidió intervenir y se dirigió al guardia costero.

-¿El guardavidas tiene una correa?
-Así es.
-Si la traigo... ¿Goliat podrá quedarse?
-Efectivamente.
-Voy a correr hasta la casilla, me llevará dos minutos ¿Vale la pena empezar el año discutiendo?

Un ratito después, Goliat con correa, su dueño, las dos chicas de la izquierda y el guardia costero, chocaban botellitas de cerveza celebrando el encuentro, deseándose un año feliz y una buena firma en el Libro de la Vida.  Cuando me fui de allí, intercambiaban celulares y planeaban la comilona con la que romperían el ayuno del Día del Perdón...

¡Que tengan un buen año, autores! ¿Quien hace "click" en comentarios y aporta al blog esta vez un cuento con un conflicto en el que haya conciliación "kipuriana"  y al final  termine BIEN?   

4 sept 2013

Tip 20: Innovar

-Llevate de regalo un esmalte... -ofreció mi manicura después que le pagué y mientras esperaba que mis uñas relucientes se secaran de una buena vez.  Y explicó:  -Regalo de Rosh Hashaná... para empezar el año nuevo coloridamente.

-Mirá vos, qué linda idea... ¡gracias! -acepté gustosa- y cuando mi vista se paseó indecisa entre la gama interminable de colores de moda, Violeta vino en mi auxilio.

-Tenés que elegir el color en función a lo que verdaderamente deseás para el año que comienza.  
La miré con curiosidad y la aclaración no se hizo esperar.

-¿Te inclinás por un año de PAZ universal?   Entonces llevá este rosado claro- ofreció.

Dudé.  Me importa muchísimo la paz en el mundo, sobre todo a la luz de los últimos acontecimientos aquí en Medio Oriente.  Pero preferiría desear algo... mas personal.  Y la perceptiva Violeta lo notó enseguida, por eso continuó describiendo opciones.

-¿Querés vivir una pasión este año?  Entonces agarrá el rojo oscuro.   Pero si preferís un amor de aguas calmas, un compañero de verdad, te sugiero el azul o este verde muy particular, casi turquesa.  Y  NO ME MIRES EXTRAÑADA...  esto no falla.

Violeta continuó hablando con seriedad científica.  A esa altura, varias clientas se reunieron alrededor del centenar de frasquitos expuestos y la escuchaban como a una profetiza, considerando prioridades.

-Si alguna quiere mayor independencia económica o afectiva, le sugiero uñas esculpidas con motivos de alto impacto.  A éstas, por ejemplo, les pinté un mini-dragón o fijense este motivo... un ala de ángel y un tridente de demonio.   Pueden elegirlas en lugar de un esmalte; las mujeres que las llevan muestran mas fuerza y personalidad.

Un rato mas tarde, toda la cuadra especulaba acerca de la relación entre colores y deseos. 

No les voy a revelar que elegí yo, queridos autores.   En cambio,  he de alabar la originalidad de mi vecina Violeta para agasajar a sus clientas con motivo del nuevo año hebreo, en lugar de conformarse con el tradicional Shaná Tová u Metuká.

Eso si:  les cuento que el esmalte rojo-pasión se acabó y que ya nadie confía en lograr la paz en el mundo.  A las uñas esculpidas no les fue mal y el azul del compañero de telenovela se agotó casi tanto como el color del amor desaforado.       

Los años pasan, se suceden las generaciones y me parece que los deseos  -como las ideas en literatura- suelen ser los mismos.  Aunque desde el fondo del corazón deseamos siempre "salud, dinero y amor" como pedían nuestras abuelas, donde podemos en serio innovar 
es en la manera propia de formular esos deseos.   

Por eso, lanzo el TERCER DESAFIO LITERARIO del Blog:  ¿se animan a hacer "click" en comentarios y regalar al blog un deseo propio, mínimo y particular... que a la vez sea universal y sirva para todos?

Como mi  Shaná Tová Teatral...

"Que tengan un año ES-PEC-TA-CU-LAAAAR!  Elijan el mejor ESCENARIO para vivir una vida auténtica, en la que sean PROTAGONISTAS coronados con APLAUSOS y EXITO en todo lo que emprendan".