31 ene 2015

Tip 49: Personificación

"Desde que llegó a mi vida no tengo mas problemas.  Como por arte de magia, todo se soluciona:  ya no hay cables sueltos, ni cuadros torcidos ni estantes a punto de caer ni cajones que se desarman. Gracias a "él", pego en un instante todo aquello que se suelta y ya no siento que los objetos me miran  burlones, como diciendo: "sola no podés, necesitás un marido para mantener en pie una casa".

La clienta narraba sus avatares domésticos con patetismo simpático, casi feliz de ser la protagonista de un entorno que se le caía abajo cinco o seis veces al día y ella volvía a acomodar.

Mientras Violeta le pintaba las uñas de un color beish muy natural ("para que no se note si se corre el esmalte, porque todo el día estoy atando cordones de zapatillas y preparando mochilas") yo esperaba mi turno escuchando con resignado interés, a una clienta que eligió mandar a freír churros a un marido infiel y pilotear sola entre los nubarrones de tormenta de un hogar sin figura paterna y tres niños en edad escolar.

-No entiendo cómo tenés tiempo de venir a hacerte las manos... -insinuó Violeta con desconfianza, poniendo a prueba a esa mujer maravilla moderna.

-No tengo- fue la respuesta inmediata-.  Ni tiempo ni dinero.  Pero necesitaba desesperadamente volver a sentirme por un ratito... "mujer".  Además... en realidad vine por ésto, mirá -señaló algo oscuro en sus dedos, con un soplo de preocupación-.  No puedo  quitarme estas manchas... ¿tenés idea de qué son y con qué pueden salir?
Violeta la miró por sobre los anteojos y escupió el diagnóstico.
-Cemento de contacto -gruñó-. Es tóxico y difícil de sacar ¡te va a arruinar las manos!  Hacelo desaparecer de tu casa -aconsejó-.
Pero su sugerencia fue rechazada con énfasis categórico:

-¡No pienso abandonarlo!  Es fuerte, hace bien las cosas y hasta tiene un olor que me embriaga. Mi vida es otra desde que lo conocí.

Violeta revoleó los ojos como expresando  "es tu problema" y empezó a quitar las manchas de la piel de la clienta, con un líquido dudoso de índole mas intensa y vil  que la mismísima acetona.

Y yo -qué incurable- me quedé aferrada a las palabras de esa mujer que utilizó tan bien la figura literaria de la personificación para referirse al pegamento casi como si fuera un príncipe azul:  "Desde que llegó a mi vida, no tengo más problemas...  Es fuerte, hace bien las cosas y hasta tiene un olor que me embriaga".
......................................................................................
A ver, autores... ¿quién aporta al blog un relato breve donde se PERSONIFIQUE una cosa, un vegetal o animal y se le atribuyan características humanas?