31 jul 2014

Tip 42: Treguas

La conversación  en la manicuría de Violeta -en uno de estos días turbulentos que opacan el verano isralí- giraba en torno a la necesidad imperiosa, casi animal, de una tregua.   Una clienta, que había destrozado sus uñas mordiéndolas frente a la pantalla del televisor mientras miraba las noticias de esa guerra que se impuso como un tsunami sorpresivo y voraz, comentó algo que derivó la conversación hacia preocupaciones mas filósoficas y universales:
-Todo el año quiero huir de la rutina...  y hoy deseo volver a ella desesperadamente.

Lo expresó con tanta vehemencia y angustia, que generó un silencio inmediato entre las mujeres presentes. Es como si hubiera confesado, de pronto:  "Todo el año mi vida es una ciénaga... pero esta ronda de tensión y muerte es mucho mas intolerable aún".
Violeta, que en vano intentaba limar esas uñas devastadas por los nervios, elevó la vista de su tarea y la miró con pena.  Luego desvió su mirada hacia mi, como pidiendo aprobación, y entonces le soltó la verdad cruda, sin anestesias, señalando esos dedos deformes:

-No hay esmalte que pueda arreglar ésto... te estás haciendo daño-.  Y remató: -Esto no empezó con la guerra.  La que necesita una tregua sos vos.

La clienta se retiró como un ánima y cuando desapareció de la vista, el cotorreo recomenzó, se sucedieron los ejemplos y las anécdotas, cada mujer relató uno o mas paréntesis, treguas, parates, frenos, espacios, oasis, que la vida impone o que nos imponemos para tomar aire un ratito, para arribar al claro en el bosque, para dejar de ahogarnos, para retomar fuerzas o simplemente, para detenernos un momento a mirar una rosa o a escuchar con verdadera atención a un niño...  hasta la próxima sirena de alarma.
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Queridos autores:  en muchas historias y películas, los personajes comienzan siendo "perdedores" (sufrientes, tensos, angustiados, fracasantes) y de pronto logran dar vuelta esa situación y triunfar, enamorarse, sentirse mejor, salir del pozo y hacerle "pito catalán" a un destino de contratiempos.

En otras historias sin embargo, los personajes empiezan trastabillando en un camino pedregoso, aburrido y ruin, hasta que se topan -de pronto- con un atajo verde con frutos sabrosos... un oasis de felicidad y calma (por ejemplo, en la lograda novela de Mario Benedetti  "La Tregua").   Pero... en un lapso razonable pero corto, el atajo se termina y -cíclicamente- el personaje se enfrenta de vuelta con su realidad anterior, oscura, patética y rutinaria, desahuciada y sin sentido.

Quién aporta al blog un breve relato donde el personaje elegido... disfrute del efímero alivio de "una tregua" en su vida gris?

12 jul 2014

Tip 41: Interrupciones

El pie izquierdo, metido dentro de la palanganita de agua tibia.
El derecho, estaba siendo pulido meticulosamente por las manos expertas de Violeta, que limó uñas, suavizó asperezas y lo masajeó con distintas capas de unguentos exfoliantes y cremas hidratantes, cual si yo fuera una gueisha del emperador (en lugar de una jardinera con ínfulas de escritora).  Una vela con aroma a sándalo perfumaba el pequeño recinto.  De fondo, sonaban como una caricia la voz y el piano del israelí Idan Raichel.  Cerré los ojos y vi su aspecto tan particular en "Sueños de Otros", el video de la canción que escuché tantas veces...  Lo vi con sus rastas y su vestuario holgado tipo beduino, arrastrando el paso como si barriera conflictos con su andar musical y dejando un manto de amistad en su huella.

Espié por el rabillo del ojo.  Violeta me estaba pintando la tercera uña del pie de un tono lila de verano. Entonces la escuchamos.   La sirena de alarma, con su ulular tan particular, que asciende y desciende.  La mente respondió de inmediato a las instrucciones de la Guardia Civil:  en Ramat Gan -periferia de Tel Aviv- hay 1 minuto 45 segundos para llegar a un lugar seguro.  Pero la modorra en la que estaba sumido mi cuerpo no hizo caso.
Mi manicura se incorporó de inmediato.
-Hay un refugio en el edificio de al lado- indicó con firmeza-  Bajemos ya.  Dos clientas que aguardaban su turno obedecieron sin discutir.  Violeta estaba por salir, cuando leyó en mi expresión de relajo que no tenía la mínima intención de levantarme y salir corriendo con un pie mojado y medio pie recién pintado.
Se detuvo en seco y giró hacia mí.
-Vos...-me apuntó con dedo amenazador-  vos seguro que estás entre el grupo de idiotas que mandan mensajitos de teléfono cuando manejan y contestan el celular en medio de la autopista ¿no?
No entendí adonde quería llegar pero me molestó lo que dijo.  

-¡Mentira!  Cuando manejo tengo silenciado el teléfono, qué me atacás...

-¿Entonces?  Esto es lo mismo.  La decisión cotidiana, el instante que puede cambiarlo todo para siempre.  ¿Contesto el celular? ¿Bajo al refugio?  ¿Vas a seguir pensando?  Nos quedan todavía 50 segundos... ¿Bajamos o seguimos discutiendo?

Mi manicura cruzó los brazos y se plantó firme enfrente de mi, los ojos verdes echando chispas y rizos entrecanos cayendo violentos sobre su frente.  La sirena me taladraba el oído, la conciencia y el corazón.  Me puse unas ojotas torpemente.

-¡Qué desastre, mirá! -señalé  mientras bajábamos a los apurones las escaleras del refugio del edificio vecino.  ¡Vas a tener que pintarme las tres de vuelta!  Se corrió el esmalte...
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Queridos autores:  a veces en los Talleres nos preguntamos ¿cómo desatar el conflicto en una historia?
Una forma efectiva, puede ser a través de la interrumpción de un momento pastoral.  Comenzamos describiendo o mostrando (si es una escena) un momento de mucha paz, armonía o felicidad, que abruptamente SE CORTA por una llamada, unos golpes, un grito... una sirena.  Ese CONTRASTE, desata el conflicto: ¿qué pasó, qué hacer? ¿Quién aporta al blog un lindo ejemplo?

8 jul 2014

Tip 40: Pasiones

Violeta fumaba un cigarrillo en la entrada de la manicuría.  Fingiendo apuro, bajé del auto sin levantar la mirada y busqué las llaves de casa en la cartera con estudiada minuciosidad. Su voz me llegó desde atrás y atravesó mi nuca como una flecha:

-Gratis.  Si venís ahora te atiendo gratis.  

Giré ciento ochenta grados, la miré entornando los ojos y mi enojo se disipó en un instante, como cuando salimos de un tramo de niebla y divisamos por fin, otra vez, las líneas claras del camino.

-No sólo discutí con vos a causa del Mundial... -confesé al abrigo de ese espacio femenino tan íntimo que mezclaba el aroma de sahumerio con el conocido olor a acetona y esmaltes-. Violeta levantó la vista de mis uñas, irguió la espalda y clavó su mirada verde aceituna directo en mis ojos, intrigada.

-El domingo hubo una reunión de consorcio- proseguí.  Y todo empezó, cuando una vecina amarga levantó la mano y pidió incluir el tema "Ruidos Molestos" en el orden del día.  Vi con horror como la ronda de vecinos asentía lenta y acusadoramente, dirigiendo sus miradas hacia mí... hasta que uno abrió la boca y desató la catarata de quejas.
-¡Hay momentos en que todo el edificio tiembla! 
-¿Por qué gritan de pronto, como desaforados?
-¡Parecen una tribu de indígenas!
-Hay noches enteras en  las que mi mujer no puede dormir...
-Esta semana golpearon las paredes y se escucharon incluso alaridos
-Estamos preocupados -resumió un señor que hasta entonces me había parecido el único vecino coherente-
Y soltó la pregunta que toda esa chusma quería formular:  -¿Está pasando algo en el seno familiar...?

Sonreí y los miré con picardía, como si fuera obvio:
-Es por el Mundial... -empecé a decir- buscando consenso, suspiros de alivio o comprensión inmediata.  Pero me encontré con miradas de acero.  Entonces, me esforcé por ser mas explícita y dejé hablar a mi corazón:

-Los alaridos surgen irrefrenables de las gargantas durante las definiciones por penales... no importa de qué país... un momento así hace vibrar una montaña.  Los golpes en las paredes fueron cuando Costa Rica le perdió a Holanda después de dejar el alma! en la cancha  ¿cómo no patalear de bronca junto a esos hermanos latinos?  El llanto fue porque ¡le rompieron la espalda a Neymar!  El chico, ese indio iluminado, el semidiós brasuca... ¡no podrá jugar la semifinal! Las lágrimas mojaron todo Brasil como una inmensa catarata... ¿como frenarlas?
Y cuando el edificio tembló... (ahí tembló también mi voz)  cuando la Tierra se abrió y de ella surgió un pedestal con la figura de Messi elevándose desde las entrañas de la gloria... ¡fue por ese gol mágico en el minuto 91 que le dió la victoria a Argentina!  ¿Se puede silenciar la FELICIDAD pura? 

Violeta meneó la cabeza divertida, incrédula.
-¿Así les hablaste?  ¿Y cómo reaccionaron?

-No te imaginás:  demudados.  Sus comisuras de los labios estaban fijas en un rictus amargo y mi espontánea alocución no generó ninguna empatía, por el contrario: noté que los vecinos retrocedían casi imperceptiblemente un pasito hacia atrás, agrandando la rueda, como si yo fuera una insana de la que se quieren alejar.  Finalicé disculpándome suavemente, con un hilo de voz:  -Mañana a las once de la noche, Argentina juega la semifinal contra Holanda...  

Sonó como una amenaza.  Y el responsable del consorcio disparó en palabras lo que pensaban todos los demás:   

-Después de las once de la noche está prohibido HACER RUIDO.  Te vas a encontrar con la policía.

Los miré como a insectos.  Pensé explicarles que los polícias del móvil que recorre el barrio, conversan conmigo de fútbol cada mañana con la misma pasión y que apostaron cinco sueldos a que Argentina llegue a la final. Pero desistí:  las pasiones no se explican, Violeta:  se viven con el alma, el sexo, la garganta y el corazón.  O no se viven.

Mi manicura observó satisfecha mis uñas recién arregladitas y relucientes.  Y antes de darles la pintadita final, preguntó con su estilo práctico y realista, ese que tanto la diferencia de mí:  -Y mañana... ¿la Semifinal?  ¿Te vas a arriesgar a que te jodan en medio del...

-NO, está decidido.  La veremos en las pantallas gigantes de la playa. 
Y el próximo Mundial, te lo firmo:  o me mudo de edificio, o viajo a verlo a la Argentina...
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Queridos autores:  en una sociedad, una familia, un grupo de amigos o una pareja, las pasiones pueden ser contagiosas... o tornarse un fastidio.  Quién aporta al blog un pequeño episodio donde el protagonista sea... UNA PASIÓN?