1 jun 2013

Tip 5: Escuchar - observar - imaginar

Mientras pinta con esmero las uñas a sus clientas,  Violeta las escucha con atención.  
Algunas,  sueltan un monólogo apenas humedecen sus manos en  el recipiente con agua tibia. 
A otras,  que recalan en el salón de belleza por primera vez  y se muestran reticentes al afán de la  conversación,  Violeta  las induce con delicadeza,  preguntándoles  si  prefieren  algún color de esmalte  especial  y eso, en general,  funciona  como el gatillo que dispara  confesiones. 

“Solo por la manera en que habla una clienta nueva –me confesó Violeta un día-  me entero  enseguida  su estado civil, su  situación económica  y por sobre todo, antes de terminar de pintarle las uñas de UNA mano...  ya percibí  el estado de felicidad o tristeza  de su alma –finalizó con estudiado tono de arrabal y un dejo de soberbia-  Soy medio bruja, yo”.

-No.   Sos una escritora en potencia –afirmé con seguridad.

-¡Dejate de pavadas!  -se ofende- ¿Qué escritora?   Yo tengo calle, vida, experiencia… ¿qué me comparás con ustedes que están todo el día atrás de un escritorio, mirando la pantalla de un ordenador con la mirada perdida?    Si alguien  llega con las uñas mordidas, con cutículas desgarradas,  con callos en las palmas de las manos –ejemplificó con énfasis- o  si  una pituca  viene 
a que le cambie el color cada tres días, o una adolescente quiere que le delinee un corazón en la esquina de cada uña…  a  mi  me mostrás las manos de una mujer y me dejás con ella los 30 minutos que dura la manicura y yo le analicé la vida mejor que un psicólogo.

¡Qué comentario tan interesante para un esritor! -pensé-.
Sin saberlo, Violeta  despliega  en forma inconsciente el mismo mecanismo de escucha atenta y observación del  escritor.  Detenerse en  el detalle de unas manos con o sin anillos, prolijas o desprolijas, de nudillos dominantes  o  dedos  como sombras , de esas sutilezas se alimenta el escritor en sus descripciones.    Vamos en busca de  detalles ESPECÍFICOS  que ayuden al lector a visualizar, palpar e incluso oler lo que describimos.  Y los condimentamos con pizcas de imaginación, pero ese tema... lo hablaremos en otra entrada del blog.

Se animan, autores, a  DESCRIBIR  UNAS MANOS,  tal como lo haría Violeta, nuestra experta en estos asuntos?