-Mirá vos, qué linda idea... ¡gracias! -acepté gustosa- y cuando mi vista se paseó indecisa entre la gama interminable de colores de moda, Violeta vino en mi auxilio.
-Tenés que elegir el color en función a lo que verdaderamente deseás para el año que comienza.
La miré con curiosidad y la aclaración no se hizo esperar.
-¿Te inclinás por un año de PAZ universal? Entonces llevá este rosado claro- ofreció.
Dudé. Me importa muchísimo la paz en el mundo, sobre todo a la luz de los últimos acontecimientos aquí en Medio Oriente. Pero preferiría desear algo... mas personal. Y la perceptiva Violeta lo notó enseguida, por eso continuó describiendo opciones.
-¿Querés vivir una pasión este año? Entonces agarrá el rojo oscuro. Pero si preferís un amor de aguas calmas, un compañero de verdad, te sugiero el azul o este verde muy particular, casi turquesa. Y NO ME MIRES EXTRAÑADA... esto no falla.
Violeta continuó hablando con seriedad científica. A esa altura, varias clientas se reunieron alrededor del centenar de frasquitos expuestos y la escuchaban como a una profetiza, considerando prioridades.
-Si alguna quiere mayor independencia económica o afectiva, le sugiero uñas esculpidas con motivos de alto impacto. A éstas, por ejemplo, les pinté un mini-dragón o fijense este motivo... un ala de ángel y un tridente de demonio. Pueden elegirlas en lugar de un esmalte; las mujeres que las llevan muestran mas fuerza y personalidad.
Un rato mas tarde, toda la cuadra especulaba acerca de la relación entre colores y deseos.
No les voy a revelar que elegí yo, queridos autores. En cambio, he de alabar la originalidad de mi vecina Violeta para agasajar a sus clientas con motivo del nuevo año hebreo, en lugar de conformarse con el tradicional Shaná Tová u Metuká.
Eso si: les cuento que el esmalte rojo-pasión se acabó y que ya nadie confía en lograr la paz en el mundo. A las uñas esculpidas no les fue mal y el azul del compañero de telenovela se agotó casi tanto como el color del amor desaforado.
Los años pasan, se suceden las generaciones y me parece que los deseos -como las ideas en literatura- suelen ser los mismos. Aunque desde el fondo del corazón deseamos siempre "salud, dinero y amor" como pedían nuestras abuelas, donde podemos en serio innovar
es en la manera propia de formular esos deseos.
Por eso, lanzo el TERCER DESAFIO LITERARIO del Blog: ¿se animan a hacer "click" en comentarios y regalar al blog un deseo propio, mínimo y particular... que a la vez sea universal y sirva para todos?
Como mi Shaná Tová Teatral...
"Que tengan un año ES-PEC-TA-CU-LAAAAR! Elijan el mejor ESCENARIO para vivir una vida auténtica, en la que sean PROTAGONISTAS coronados con APLAUSOS y EXITO en todo lo que emprendan".