4 sept 2013

Tip 20: Innovar

-Llevate de regalo un esmalte... -ofreció mi manicura después que le pagué y mientras esperaba que mis uñas relucientes se secaran de una buena vez.  Y explicó:  -Regalo de Rosh Hashaná... para empezar el año nuevo coloridamente.

-Mirá vos, qué linda idea... ¡gracias! -acepté gustosa- y cuando mi vista se paseó indecisa entre la gama interminable de colores de moda, Violeta vino en mi auxilio.

-Tenés que elegir el color en función a lo que verdaderamente deseás para el año que comienza.  
La miré con curiosidad y la aclaración no se hizo esperar.

-¿Te inclinás por un año de PAZ universal?   Entonces llevá este rosado claro- ofreció.

Dudé.  Me importa muchísimo la paz en el mundo, sobre todo a la luz de los últimos acontecimientos aquí en Medio Oriente.  Pero preferiría desear algo... mas personal.  Y la perceptiva Violeta lo notó enseguida, por eso continuó describiendo opciones.

-¿Querés vivir una pasión este año?  Entonces agarrá el rojo oscuro.   Pero si preferís un amor de aguas calmas, un compañero de verdad, te sugiero el azul o este verde muy particular, casi turquesa.  Y  NO ME MIRES EXTRAÑADA...  esto no falla.

Violeta continuó hablando con seriedad científica.  A esa altura, varias clientas se reunieron alrededor del centenar de frasquitos expuestos y la escuchaban como a una profetiza, considerando prioridades.

-Si alguna quiere mayor independencia económica o afectiva, le sugiero uñas esculpidas con motivos de alto impacto.  A éstas, por ejemplo, les pinté un mini-dragón o fijense este motivo... un ala de ángel y un tridente de demonio.   Pueden elegirlas en lugar de un esmalte; las mujeres que las llevan muestran mas fuerza y personalidad.

Un rato mas tarde, toda la cuadra especulaba acerca de la relación entre colores y deseos. 

No les voy a revelar que elegí yo, queridos autores.   En cambio,  he de alabar la originalidad de mi vecina Violeta para agasajar a sus clientas con motivo del nuevo año hebreo, en lugar de conformarse con el tradicional Shaná Tová u Metuká.

Eso si:  les cuento que el esmalte rojo-pasión se acabó y que ya nadie confía en lograr la paz en el mundo.  A las uñas esculpidas no les fue mal y el azul del compañero de telenovela se agotó casi tanto como el color del amor desaforado.       

Los años pasan, se suceden las generaciones y me parece que los deseos  -como las ideas en literatura- suelen ser los mismos.  Aunque desde el fondo del corazón deseamos siempre "salud, dinero y amor" como pedían nuestras abuelas, donde podemos en serio innovar 
es en la manera propia de formular esos deseos.   

Por eso, lanzo el TERCER DESAFIO LITERARIO del Blog:  ¿se animan a hacer "click" en comentarios y regalar al blog un deseo propio, mínimo y particular... que a la vez sea universal y sirva para todos?

Como mi  Shaná Tová Teatral...

"Que tengan un año ES-PEC-TA-CU-LAAAAR!  Elijan el mejor ESCENARIO para vivir una vida auténtica, en la que sean PROTAGONISTAS coronados con APLAUSOS y EXITO en todo lo que emprendan".